La vida en las sombras de los argentinos en Florida

Publicado por Javito, Agosto 16, 2010, 02:27:46 PM

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Javito

El drama de la inmigración ilegal
La vida en las sombras de los argentinos en Florida
Acostumbrados al miedo, tratan de pasar inadvertidos y prosperar

Silvia Pisani
Corresponsal en EE.UU.
CitarMIAMI.? No se sabe muy bien cuántos son, pero son muchos miles. Quedaron colgados entre la gran emigración de la crisis de 2001 y la imposibilidad de volver a la Argentina. "Allí ya no tenemos lugar", dicen. Con los años aprendieron a vivir a la sombra en Estados Unidos, el país que, en teoría, lo ofrece todo.

Hay un sistema no escrito. Saben por dónde pueden ir y por dónde no, casi como una isla dentro del país. Saben cómo moverse, cómo buscar trabajo, cómo prosperar. También cómo, aun en la sombra, enviar todos los meses ayuda a los familiares que están en la Argentina.

Les inquieta la nueva ola de rigor migratorio que parece avecinarse en Florida, uno de los estados con mayor concentración de argentinos sin documentos. "Si eso avanza, el gobierno argentino protestará", aseguró a La Nacion una fuente diplomática de primer nivel. Pero tampoco los desvela. "Hemos vivido muchas de éstas", dice. No necesitan cuidarse más y, en rigor, tampoco podrían: hace años que vienen cuidándose en todo, como quien vive sin hacer ruido, para que no lo vean.

Otros, cansados, optaron por intentar una nueva vida en otro estado. Mudarse a California o a Nuevo México. "Pero tampoco es tan fácil. No podés irte a otro estado así de la nada, porque si no tenés contactos que te ayuden, estás frito", dicen.

Mientras tanto, siguen con su rutina de habitantes "de segunda". No salen de noche, no viajan en avión dentro del país, no toman alcohol en lugares públicos (para no correr el riesgo de una borrachera). No andan mucho por el centro de Miami, por aeropuertos ni por lugares muy vigilados. Evitan las grandes autopistas y los embotellamientos de los días y horas pico. Saben que un mínimo error los puede llevar a la deportación.

Con todas esas limitaciones, hacen una vida similar a la de muchos norteamericanos. "Nos dicen ilegales, pero pagamos impuestos", se atajan (ver aparte).

Trabajan, envían a sus chicos al colegio, prosperan. Pero saben que, de un momento a otro, todo se les puede venir abajo. Eso es lo peor. "Lo más grave que te puede ocurrir es que te descubran y te deporten. Pero una vez que aprendés a vivir con el peor miedo, todos los demás parecen menores. Y es cuestión de rutina", dice Daniel, un marplatense que emigró a Florida en lo peor de la crisis de 2001.

Hoy, como "inmigrante ilegal", tiene trabajo, una empresa propia de refacciones, una camioneta. Puede mantener a sus hijos, enviarlos al colegio e, incluso, una vez, cumplir el sueño de ir a Disney World.

No anda escondido. Tiene una cuenta bancaria y todos los meses pasan bajo su puerta promociones de nuevas tarjetas de crédito. Para que uno lo crea, saca el sobre: "Esta me llegó la semana pasada".

No se ufana. Lo que hace es describir su rara vida de indocumentado. Una más de las vidas que, a la sombra del sistema, tienen por lo menos 12 millones de personas en Estados Unidos.

"Es como un país dentro del país, un sistema dentro del sistema", acota Mónica Franco, una activa integrante de la comunidad de argentinos en situación similar. Se sacan fotos con LA NACION. Cuentan sus historias. No están escondidos ni, por el momento, les quita el sueño la posibilidad de que el estado de Florida endurezca sus normas migratorias, tal como lo hizo Arizona.

"Primero, porque hay que ver si eso ocurre", acota Rosa, la madre de Mónica, que, pese a sus años en suelo norteamericano, aún tiene el acento correntino.

Para ellos, el miedo no es de ahora. El verdadero miedo empezó poco después de septiembre de 2001, cuando la ola de exigencia en seguridad que trajo el atentado contra las Torres Gemelas fue acotando la posibilidad de que personas sin documentos vivieran en el país. "A partir de entonces, poco a poco, la cosa se fue complicando. Se fueron cerrando puertas. Y quedamos en el limbo, sin poder volver y sin poder quedarnos", acota.

Viven, pero tienen un techo de cristal arriba. "Hay cosas que sabemos que no son para nosotros", describe Mónica. Hoy se gana la vida como esteticista. Hace poco soñó con un curso de asistente en diagnóstico por imágenes. Pero finalmente desistió: "Es inútil que invierta dinero cuando sé que sin documentos jamás podré trabajar", dice.

Y, además del techo de cristal, tienen un enorme cerco al costado: si salen, no vuelven a entrar en Estados Unidos y lo pierden todo. "Lo peor es que, con el paso del tiempo, te vas quedando. Y duele ver que la vida pasa sin que se pueda volver a ver a los seres queridos que quedaron allá", dice Tomás Calvo, otro argentino que habló con LA NACION.

"A mí se me murió mi madre. No pude volver para despedirme", dijo.

¿Vale la pena todo esto? ¿Vale la pena vivir así? La respuesta es más o menos la misma: "Sabemos que no podemos volver a la Argentina. Que no hay lugar para nosotros, no hay trabajo", dice Mónica.
El olvido argentino

Todos, durante los últimos años, han visto regresar a amigos argentinos. "Mucha gente volvió", admiten las autoridades locales. Saben que hoy son muchos menos que cuando empezó el gran éxodo de 2000.

"Pero somos muchos más que los que creen las autoridades argentinas, que nos ignoran", dice Mónica. Al igual que muchos otros, afirma que la emigración no es una prioridad en la política exterior argentina.

"Esto es una pena y una mentira. Somos muchos los que estamos afuera y que podríamos hacer cosas por el país", dice. Y, cuestión de miradas, pone más la carga en el "olvido argentino" que en la promesa incumplida del presidente Barack Obama de buscar una solución para la enorme bolsa de población ilegal en la sombra.

Vuelve el tema del miedo. Y juran que no es tanto. Que es cuestión de saber moverse. "Yo nunca más he vuelto a pasar por Aventura Mall", dice Daniel. Fue cerca de ese popular centro comercial donde vivió su peor experiencia en años: lo sorprendieron sin registro para conducir y fue detenido, esposado y trasladado en un patrullero. "Durante horas, pensé que todo se había terminado para mí, que me deportaban." Luego, la policía comprobó que no tenía antecedentes criminales y todo quedó en nada. Incluso después de eso sigue en Miami y sale todos los días con su camioneta a trabajar en refacciones. "Si no trabajo, no como", dice.

Mónica coincide. "Hay que seguir. Cuando yo me fui de la Argentina, ya había aprendido lo que era tener hambre. No me fui porque quise, no me vine a Miami porque quise. Nos expulsaron. No había lugar", insiste.

ofo

#1
Dejame de joder, todo bien si queres estar con un pseudo status quo, y la ilución de pertenecer. Sabemos que no, finjimos que si. La green card, bien gracias pero no te la doy. Solo por una vez tratemos de ser quienes somos. Está mal lo de arizona, modestamente creo que no, solo tienen que ver cuantos turnos pueden sacar en los hospitales de CABA, cola de por medio y despues visitar las salas de obstetricia de dichos centros de atención. La inmigración es ya un problema de las superpotencias. Bien o mal, veamos los prestamos para desarrollo de la comunidad europea, que entregan a argentina y otros paices latinos, que no son mas que subsidios para destinar a la "educación sexual" repartiendo preservativos gratuitos y otros metodos. Un mal pensado diría "paremos la reproducción". La mano de obra barata que solicitaron tiempo atrás, les esta y nos está en (diferente escala) generando un severo problema de infraestructura, pudiendose agregar a esto uno de corte netamente étnico.
Podría decir que jamas voy donde no soy bien recibido, síntesis total, pero que no puede compreder a todos aquellos que tienen la necesidad de por una u otra razón de extender sus horizontes. Pero si me permiten el dicho: si te gusta el durazno..... :sm18:

Salvatore Giuliano

#2
es todo un tema, pero irme para vivir asi? te la regalo.

Javito

#3
Yo no entiendo como (en la ultima frase de la nota) hay gente que no tiene para comer, pero si para viajar y establecerse en un pais que queda a medio mundo de distancia.
Pero bue, hay que preocuparse por "el problema" del que prefiere ser ciudadano de segunda viviendo "oculto" en EEUU antes que ciudadano pleno Argentino.
Da que pensar, en muchas cosas.
Yo? Argentino!

firefighter33

#4
Cita de: "Javito"Yo no entiendo como (en la ultima frase de la nota) hay gente que no tiene para comer, pero si para viajar y establecerse en un pais que queda a medio mundo de distancia.
Pero bue, hay que preocuparse por "el problema" del que prefiere ser ciudadano de segunda viviendo "oculto" en EEUU antes que ciudadano pleno Argentino.
Da que pensar, en muchas cosas.
Yo? Argentino!

Esto no es lo peor de todo. Lo peor es que te los encontras, y te dicen "Ah, si, si, aca tengo mi propia empresa" o le preguntas que hacias en baires?? Y, yo era abogado, pero aca me va barbaro limpiando las gondolas de Publix (sic)
En fin, nada como morir de pie!! Que se metan la green card en el agujero del toor, pero eso si, que antes me dejen comprar un weatherby sub MOA por 600 verdes !!!  :sm138:

diegol

#5
Cita de: "Javito"Yo no entiendo como (en la ultima frase de la nota) hay gente que no tiene para comer, pero si para viajar y establecerse en un pais que queda a medio mundo de distancia.
Pero bue, hay que preocuparse por "el problema" del que prefiere ser ciudadano de segunda viviendo "oculto" en EEUU antes que ciudadano pleno Argentino.
Da que pensar, en muchas cosas.
[resaltar:38lk136c]Yo? Argentino![/resaltar:38lk136c]

+1  :sm138:

Javito

#6
En serio yo estoy lejos de "perdonarle una" al gobierno, pero la verdad es que esta gente pide que el gobierno Argentino se meta con el yankee para "solucionarle sus problemas" cuando ellos a sabiendas cometen algo ilegal.
O sea, puedo llegar a ver con buenos ojos que el gobierno de nuestro pais se meta a defender a un ciudadano Argentino que habiendo respetado todas las leyes de otro pais se viera perjudicado por alguna arbitrariedad.
pero "al que va de zurda"?