UNA HISTORIA, EL RASTREADOR.

Publicado por hidalgo reyes, Febrero 04, 2012, 11:29:52 PM

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hidalgo reyes

Una Historia. El rastreador.

Hombre que supo ser buen rastriador, aura que dice, Nicanuto Sereno.
Pa descubrir una huella, era una tremendidá !¡Muy facultáu!.
Él veía una pisada, y sabía si era de caballo o yegua con solo echarle una miradita, sin desmontar.
Hasta el pelaje le decía. Tenía sus conocimientos el hombre.
Y tanto le rastriaba bicho como cristiano.
Cualquier cosa le servía pa' marcar rumbo; un pastito marchito, un fósforo apagado, la forma e gritar el tero, la cara e susto de una araña, una hormiga con la patita quebrada, pa' Nicanuto Sereno todas eran señales.
Una vez le encargaron si hacía el favor de ver de agarrar un canario flauta, que se había volado de la jaula.
Volvió a los cuatro días con el canarito en la jaula.
_¿Cómo lo halló, don Nicanuto, siendo que el pájaro es de poco caminar, y de tranco más bien liviano?.
_Le va dejando marca en el aire.
Con las alitas le deja.
Si no vuela muy alto, lo halla facilongo no más.
Conocía todos los secretos aquel cristiano.
Los aprendió con el viejo Carita Funes, que lo mató el oficio por trabajar mamado.
Un día, con mucho vino, le adentró a seguir la huella a un león, y cuando quiso acordar, de puro descuidado, le pisó la cola. Será cierto no lo se, pero así contaban.
Una vuelta, en el boliche El Resorte, taban la Duvija, el tape Olmedo, Clemento Silva, Cosme Calibre y zoilo Quintero, cuando va y cae Nicanuto Sereno.
Pidió un vino, limpió la orilla del vaso con un pañuelo porque le había visto huella e microbio, y lo fue tomando de trago corto.
En una punta del mostrador, la del gato, Clemento Silva tomaba caña y de tanto en tanto se pegaba en la palma e la mano con el mango del rebenque, como enojado.
La Duvija, tristona, dijo que el hombre andaba así dende que se le había ido la mujer y que era lástima verlo, dijo.
Por ahí, Clemento Silva se le aproximó a Nicanuto Sereno con el vaso e caña en la mano, y fue y le dijo:
_Usté disculpe, don Nicanuto, pero los hombres se han hecho pal servicio e los hombres, y ando ganoso de ocuparlo.
_Toy pa lo que mande.
_No sé si usté sabe-siguió Clemento-que soy hombre de trabajo, incapaz de andar molestando gente por vicio, pero tengo escucháu de que usté tiene fama e buen rastriador, capacitau pa encontrar bichos y cristianos, y como a mí se me fue la mujer, de repente usté me la halla, digo yo.
_Mujeres, es lo que tienen, sí señor.
Clemento se mandó un buche de caña y siguió:
_Por la mujer no es tanto, pero resulta que se me llevó el poncho.
Un poncho viejote, pero el cristiano pobretón suele encariñarse con sus pilchas.
Nicanuto Sereno dijo que iba a tratar, que cómo no.
Salió tranqueando, de a pie, con el caballo e tiro, hasta perderse atrás de una loma.
La fama e rastreador le pesaba.
Fama e rastriador, es asunto serio y delicao, la pucha….decia.¡¡
Pasó la noche tomando mate en la cocina y pensando.

Y cuando venía clareando, habló pal láu del cuarto,y dijo:
¡Che Florinda!................¿Qué?
_Agarrá tus cosas y te vas pa tu rancho.¡¡¡ ah….¡¡
No te olvides del poncho.


Amigos del foro: Son historias y cosas que pasan, pero cuando un gaucho es renombrado en su oficio, mucho pesa la FAMA.  Un abrazo.

virgilio

#1
:sm137:  :sm137:  :sm137:
muy bueno :lol:

hidalgo reyes

#2
Gracias amigo, esto parece un cuento pero ha sido una verdad. Y como dice un lugareño,no hay cuento que no sea cierto. Un abrazo.