Las Enfermeras de Malvinas.-

Publicado por guerreiro galego, Mayo 24, 2012, 07:23:17 PM

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guerreiro galego

Buenas tardes Sres. Foristas. Buceando en la red, hallé éste artículo en el periódico "La Nación".-
No sabía la historia de nuestras "Veteranas Voluntarias", ya que siempre estamos acostumbrados a tratar la Gesta Malvinas, del lado masculino y/o militar, mientras que lo ocurrido con éstas verdaderas Señoras con mayúscula, sale de lo cotidiano, las mismas son civiles y del sexo débil (por lo narrado en el artículo tengo mus dudas lo de débil).-
Hasta el momento, que yo sepa no tuvieron ni difusión ni homenaje alguno, cumplieron y siguen cumpliendo su función con la verdadera grandeza de los que no hacen halaraca de su valía.-
Asimismo tomemos en cuenta que en la guerra es tan importante el soldado con el fusil, como toda la logística detrás de él, que le hace soporte, en donde encuadra la labor de éstas Damas.-
Mi humilde homenaje a éstas mujeres criollas, con tamaños ovarios, característico de nuestra Patria Argentina.-
Muchas gracias Señoras Instrumentadoras, y mi total admiración.-
Agrego la nota en cuestión.-

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Las enfermeras que se atrevieron a viajar en pleno combate a Malvinas.
Seis instrumentistas salvaron vidas durante el conflicto con Inglaterra; los soldados aún les escriben cartas en agradecimiento.-
Por Natalia Pecoraro | LA NACIÓN.-

Tenían veintitantos y eran instrumentistas quirúrgicas en el Hospital Militar Central. En junio de 1982 se presentaron voluntariamente a una convocatoria para prestar servicio en Malvinas. Un día después embarcaron rumbo al Sur y trabajaron en el Rompehielos ARA Almirante Irízar, que funcionaba como buque hospital frente a Puerto Argentino.

Marta Lemme y Susana Maza recuerdan esos días con emoción y respeto. A 30 años de la guerra, pueden revivir cada momento y contar sus vivencias con detalles. Reconocen que tuvieron miedo y mucha ansiedad, pero no se arrepienten. "Nuestra función era servir a la Patria y eso hicimos", sostienen.

Marta había empezado a trabajar en el Hospital Militar Central (HMC) en 1980. Susana, cuatro años antes. El 2 de abril de 1982, cuando fue el desembarco argentino en el archipiélago, preguntaron si podían anotarse para ir, pero no había instrucciones precisas. Además, la mujer no estaba incorporada con grado militar a las Fuerzas Armadas: recién a fines de ese año se recibieron las primeras promociones.

En junio, por pedido del Hospital de Puerto Argentino, la dirección del HMC abrió una convocatoria: el combate estaba dejando heridos de gravedad y necesitaban personal idóneo para cirugías. "Nos avisaron que si queríamos, podíamos participar. Requerían personas que supieran preparar las salas, el material, la aparatología...En aquel entonces, al no haber personal militar, las instrumentadoras eran todas mujeres y eran civiles. Los enfermeros que tenían grado militar no eran instrumentadores", explica Susana.

El llamado rindió sus frutos: se anotaron cinco enfermeras del HMC y una del Hospital Militar de Campo de Mayo. "Fue una cosa rápida, nos dijeron un mediodía y salimos al día siguiente", dice. Marta agrega que los familiares tuvieron poco tiempo para digerirlo. "A veces me preguntan qué dijeron mis padres, pero no tuvieron tiempo de pensar", cuenta.

A las cinco de la mañana se juntaron en la guardia del HMC, en la avenida Luis María Campos, en Palermo. De ahí, Aeroparque, Río Gallegos, helicópteros, el Irízar. Las equiparon con borceguíes, camperas, abrigo. Y zarparon rumbo a Malvinas. Sintetizan: "Emoción profunda, ansiedad, incertidumbre".

En el rompehielos convertido en hospital había 300 hombres, militares. "Nos recibieron muy bien, fueron muy atentos. Primero estaban asombrados de que estuviéramos ahí", describen.

"Cuando llegamos al buque, lo primero que quise fue llamar a mi familia para decir que estaba bien. Hasta que no encontré una radio para hacerlo no me quedé tranquila", dice Marta.

Los primeros momentos a bordo fueron de incertidumbre. "Tuve miedo, inquietud. Nadie sabía nada y eso me ponía mal. Empecé a cuestionarme un montón de cosas. ¿Habré hecho bien? ¿Serviré para algo?", rememora.

"Una vez que me dijeron dónde y cómo íbamos a trabajar, ya me quedé tranquila", añade.

Las enfermeras trabajaron en El Irízar, transformado en buque hospital. Foto: Gentileza Susana Maza
Cuando llegaron a Puerto Argentino, el combate no daba tregua. El Irízar quedó en medio de fuego cruzado y el capitán tomó una decisión. Susana relata: "Nos comunicaron que nuestra presencia sería más útil en el barco que en tierra. Ya se preveía el cese de hostilidades: íbamos a pasar a engrosar la fila de prisioneros".

"Pusimos el grito en el cielo. Habíamos viajado para estar en Malvinas, queríamos bajar y estábamos ahí, justo enfrente. Pero pronto empezaron a evacuar heridos y el ritmo de trabajo se volvió intenso", recuerdan.

"Estábamos en un quirófano, al rato pasábamos a terapia, a postcirugía. Ibas de un lado al otro y en plena acción, aceleradas, no pensás, no te quejás: actuás", sintetizan.

Según cuentan, el buque hospital estaba bien equipado: terapias intensiva e intermedia, varios quirófanos, radioterapia, radiología portátil, cámara hiperbárica, laboratorio clínico y consultorio odontológico.

"Los soldados quedaban sorprendidos al ver mujeres. Después de la sorpresa, empezaban a abrirse, a tener más confianza, veían en nosotras a una figura protectora; la hermana, la madre, la novia", recuerdan.

No se les borran las caras de algunos heridos y ciertas intervenciones quirúrgicas. Meses y hasta años después, ellos tampoco olvidaron. "Nos agradecieron siempre, nos han escrito cartas. Uno hasta me invitó a su casamiento", cuenta Marta.

El regreso de Malvinas fue duro: el día en que les comunicaron el cese de hostilidades lloraron. Marta recuerda a un soldado que rezaba el rosario. "Esas cosas me emocionan. Hubo una misa y me descargué. Lloré, me aflojé. Todavía me emociono", cuenta.

Susana habla de un oficial que la conmovió. "Nos mostró un cofre con la bandera argentina y nos dijo que en caso de ataque o hundimiento, iba a correr hasta ahí para sacarla, para que no cayera en manos enemigas. No es que sea sensiblera, pero hoy escucho una canción patria y me emociono", confiesa.

El grupo de mujeres volvió de Malvinas el tercer domingo de junio. Al día siguiente se presentaron a trabajar, pero les dieron una semana de licencia. Hoy, siguen trabajando como enfermeras instrumentistas en el H.M.C..
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Saludos cordiales.-

carlin

#1
el amigo fenix,tambien lo posteo,igual es emocionante

serdiaz

#2
No importa las veces que lo lea, siempre me emociono, mis respetos y agradecimiento a estas compatriotas. Me gustaría expresarle esto personalmente alguna vez.

Guillermito

Es cierto, es emocionante y doloroso a la vez.

Daniel N

Esto debiera hacerse bien publico, con nombre,apellido y fotos de estas mujeres, muy claro esta que solo hubo 5 valientes NO MAS. Esto debería, no solo ser publico sino tambien dar a conocer todos los actos de valor que SE SEGURO Y CON PRUEBAS que los hubo, ni mas ni menos para empezar a dar nuevamente ejemplos DIGNOS a la gente, No la merda de la política y los chorros......este país necesita en algunos aspectos comenzar nuevamente.

Respetarnos mas y respetar esta historia creo que nos ara mejores compatriotas.

JOHN DOUGLAS

Conozco a las Sras. Enfermeras, pues mi mujer trabaja en el Hospital Militar Central desde hace 27 años y un dia que fui a hacerme un chequeo me las presento, les dí las gracias por todo lo que hicieron por nuestras tropas y hasta me di el lujo de tomar un cafe en el bar del edifico Pache (el anexo del HMC) con ellas.
John :sm328: