Hasta donde llegara la transformarcion militar Siglo XXI ??

Publicado por josepad1958, Agosto 16, 2012, 08:27:53 AM

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josepad1958

Para mi un excelente articulo y los comentarios que a primera hora del dia van apareciendo al mismo. Lo envio con su fuente y anexos para su lectura y analisis de cada forista.
Un abrazo. JosePad

¿Hasta dónde será la transformación militar en el siglo XXI?

agosto 15, 2012
By José Javier de la Cuesta Ávila
Los sacerdotes y los militares basan su vocación en el servicio pleno a sus semejantes, renuncian, voluntariamente, a derechos clásicas humanos, y asumen cumplir plenamente sus obligaciones ante sí mismos, sus camaradas y la sociedad. Para serlo se requiere la existencia de un ejercito (1) o una religión, sino será sólo un guerrero aislado o un predicador independiente. El mundo moderno, con sus innovaciones, lleva a plantear un nuevo perfil del militar, que seguramente siempre será igual.(2) en su espíritu, pero cambiará en su tarea y misión en una dimensión similar a la de los avances de nuestra civilización proyectada al futuro.
El Mundo está cambiando. Este proceso se siente con más fuerza en lo tiene tradición y apoya su existencia en el pasado, pues se esta obligado a adaptarse al futuro, sin dejar de ser, en esencia, lo que fuera ayer. (3). Por eso, para tratar que serán o podrían ser los militares en el Siglo XXI, son necesarios los antecedentes que hacen a esta profesión, una actividad clave convencional, dentro de la sociedad, y, lógicamente, la significación de las fuerzas armadas en la evolución cultural de nuestra civilización.
La existencia de las Fuerzas Armadas en una sociedad es la muestra concreta de la voluntad de alcanzar la independencia y la soberanía de los pueblos, pues significa la decisión de garantizar y preservar por la fuerza sus derechos y propiedades. Una Nación sin ejercito, es una pirámide sin bases, pues, su permanencia, solidez y características, pueden derrumbarse por cualquier marejada o huracán político, económico, social o cultural. Las fuerzas armadas, son así, una suerte "raíz histórica", "cimiento soberano" y "seguro político", que nace junto con las naciones y cubre riesgos predecibles o impredecibles. (4) Su importancia se valora, en plenitud, ante una agresión o un conflicto pero, en tiempo de guerra, se justifican plenamente, y, en tiempo de paz, lo hacen solo por el valor de su presencia. El mayor éxito de la existencia de una fuerza militar es su "no empleo", porque su presencia, poder y capacidad, actúa de barrera invencible, ante quien pretenda avanzar, por evaluar que, el saldo de la derrota, será superior al de los éxitos propuestos. Las fuerzas armadas se preparan para que su capacidad de "disuasión" y de "acción", tenga un valor tal, que supere la malignidad imaginativa de cualquier presunto adversario. "Patria armada, paz honrada", es un mensaje que nunca se debe olvidar. Aquellos que lo olvidan, están arriesgando los valores, patrimonio y futuros de su Patria, pecando, de esa manera, de temeridad, ingenuidad o candidez extrema.
El elemento esencial de los ejércitos son los militares, Ellos son ciudadanos que, por vocación y espíritu, eligen esta profesión, son aceptados por las instituciones, dedican sus vidas al servicio de preparación para la guerra y alcanzan la capacitación requerida para defender a la comunidad de la que son parte.
La guerra, como hecho político, social y militar, en el Siglo XX evoluciono de manera sorprendente. La lucha entre ejércitos, se convirtió en enfrentamientos amplios, abarcando variadas actividades, lo que llevo a la "nación en guerra". La guerra del presente, no es particular de las fuerzas armadas, sino que afecta, alcanza, participa y "sufre", toda la sociedad de los países en conflicto. El combate llega con la destrucción y la agresión a las poblaciones, como lo mostró el empleo de la "bomba atómica" en Japón, con la caída del frente interno nipón, que llevo a la rendición militar. Las ciudades pasaron a ser el blanco de los bombardeos y sus habitantes el objeto de la destrucción y la muerte. Los campos de batalla, aquellos en los que se cubrían de gloria los ejércitos, pasaran a ser parte del romance histórico de las luchas militares.
Las guerras fueron y son un "fenómeno social", que se describe erradamente como un "tema militar". Un país en guerra es un pueblo en llamas y la sociedad civil queda sometida a penurias similares, en valores diferentes. a los ejércitos. Una nación que no se prepara para la guerra, no esta en condiciones de ajustar y conducir sus conductas en la conflagración y, lógicamente, los efectos de sus consecuencias. Si bien las guerras son crueles, seguramente, las postguerras son terribles. La realidad de los efectos de las postguerras, hace que en las acciones de los beligerantes actuales se trate de no destruir al adversario, sino paralizarlo temporalmente, para que, terminado el conflicto, se puedan activar sus valores en las nuevas dimensiones que se acuerden o pacten. Lamentablemente, esta idea no se esta materializando en las guerras civiles, en las que la agresión y voracidad alcanzan sorprendente efecto, con destrucciones y muertes que deberían ser evitadas. Las guerras civiles son, así, un proceso en el cual se enfrentan conciudadanos, que viven y están bajo una misma bandera, y cuyas diferencias son, exclusivamente, del orden político y, específicamente, por la determinación de los regímenes de gobierno.
Los clásicos escenarios de confrontación, es decir la tierra, el agua y el aire, en los que dominaban los ejércitos, las marinas y las fuerzas aéreas, han incorporado uno nuevo, que es el "ciberespacio", integrándose y diferenciándose de los anteriores, dado que en aquellos se enfrentan medios "analógicos", y que, en este ultimo, son "digitales". Sin embargo, en este proceso de innovación, los escenarios convencionales, agregan a ellos muevas "armas, algunas, por ejemplo, los llamados virus, que actúan en una dimensión "virtual". Los militares del presente, por lo tanto, tienen que prepararse, entrenarse y capacitarse para los escenarios tradicionales y el nuevo virtual, con sus efectos directos en el mismo y los derivados en los anteriores. No estamos ante un nuevo tipo de guerra, sino en una modalidad diferente de conflagración, quizás, aparentemente, menos sanguinaria, pero, sin dudas, igualmente cruel.
Las guerras tienen y tendrán como finalidad "imponer la voluntad" del vencedor sobre el derrotado, algo que se percibe como físico, pero que es moral, espiritual y psicológico. En el pasado se imponía por el miedo (destrucción, muerte, etc.), ahora se aspira sea por una especie de convencimiento que conduzca a su aceptación racional. Es decir, lograr el triunfo, como un éxito anímico, y no como resultante material, como una muestra de la "humanidad" de la Humanidad. Este nuevo concepto de la guerra, lleva a considerar, no tan solo las formas de la misma, sino también los instrumentos (ejércitos) y, por ende, los militares.
No se puede ignorar que subsisten los peligros de las acciones y muestras de violencias, por lo que puede resultar utópica la idea de guerra sin muerte ni destrucción pero, ella es la aspiración civilizada y debe ser objetivo de la Humanidad. Bajo este nuevo supuesto, es que se tiene que concretar las fuerzas armadas y lograr su equilibrio practico y adecuado con su personal militar. Seleccionar, instruir, capacitar, entrenar y adecuar en lo espiritual, intelectual y físico a aquellos que actuaran como militares, es una responsabilidad enorme, ya que en sus manos y decisiones se pondrán artificios y medios de destrucción que, bajo el apremio de las circunstancias de las conflagraciones, se activaran conforme la conciencia y voluntad de ellos.
En este nuevo escenario, en el presente, y seguramente mas aun, en el futuro, la guerra, seguramente, buscara crear paralización y temor en el oponente, es decir la perdida anímica, espiritual y psicológica de su afán de defenderse, con lo que, al no destruirse lo físico y material, será posible volver al razonamiento, con lo que será más fácil encontrar los caminos de acuerdo y la solución de las diferencias. Las guerras masivas, que llevaban al combate a grandes cantidades de medios, unidades, etc., mañana, posiblemente, se convertirán en acciones puntuales y selectivas, que buscaran anular raíces motrices y enlaces decisorios, para que sus efectos de caos y la crisis actúen. Esta nueva modalidad de combate, posibilitada por los innovadores armamentos, tales como son los misiles, los robots y la multitud de equipos automatizados, crea un ambiente diferente y sorprendente en los desarrollos de las batallas.
La concepción de preparación para las guerras del mañana, será diferente a la del pasado y, aun, de la actualidad, no será un tema empírico, sino como consecuencia de procesos inductivos, en los que se valorara y consideraran múltiples factores que hacen o pueden llegar a hacer, la conformación de los conflictos.. Esta realidad hace que, cualquier determinación para el futuro, puede ser desde su origen falsa, pues no se puede establecer una verdad concreta sobre la cual afianzarse. La experiencia recuerda que no hubo dos guerras iguales, y que el éxito, a lo menos inicial, fue para los que innovaron, modificando lo que se tenia por cierto anteriormente. Lamentablemente, como se señala, no existen reglas permanentes, pero si se puede señalar, la posibilidad de actos irracionales de acción o intuitivos de reacción, en la estructuración de un conflicto. La racionalidad, la lógica y la sensatez, de la que se hace gala en nuestra civilización, puede quedar destruida ante una locura o irresponsabilidad aun originada por una persona aislada en forma individual. Esta situación, no debe anular la exigencia de la previsión de la posibilidad de guerra, ya que ella podrá ser anulada en teoría como una respuesta imaginada de amor y ejemplaridad, por concepción propia, pero nunca eliminada de la de terceros, que desarrollaran sus propios objetivos y necesidades, conforme a su situación y aspiraciones. La historia muestra que no son permanentes los objetivos de las naciones y que se modifican, conforme a las circunstancias, por lo que las guerras no siempre nacen de objetivos genuinos, sino que pueden originarse de aspiraciones ficticias, concebidas con finalidad real oculta, lo que destruye los conceptos que la muestran clásica y tradicional. Las actitudes belicosas, algunas veces disfrazadas como "patriotismo", es una de las tantas argucias de las políticas interiores de gobernantes, cuando no pueden dominar algunos factores, crean esta variable, como una manera de "distracción", ante la opinión y conciencia de sus pueblos.
Los militares, bajo esta concepción, son dentro de las instituciones armadas, y ellas, como centro responsable del tema en la sociedad, quienes, con objetividad, deben estudiar y enunciar, sobre bases técnicas depuradas, la posibilidad, inmediata o remota, de empleo de los ejércitos, ante agresiones supuestas o imaginadas, que pueda sufrir o este arriesgado a tener, el país. La falta de enunciados o la negativa de las posibilidades, apoyadas como argumentos "pacifistas", deben ser desechadas, por una realidad de oposición competitiva que, pese al progreso, no disminuye y que, dada la mundialización, crea nuevos contactos variables y de progresiva relación, tanto positiva como, eventualmente, negativa. La tesis sacralizada de que la paz alcanzo todos los ámbitos, actividades, intereses, acciones y objetivos de la Humanidad, es una falacia, ya que los desequilibrios, convencionalmente, jamás serán compensados, por la imposibilidad concreta de avances totales conjuntos y, consecuentemente, se mantendrá el germen de la obtención del progreso por la fuerza por parte de los que han quedado postergados, ello nunca será eliminado.
De esta suerte, las ciencias militares son una de las caras de las ciencias sociales, y, por lo tanto, un instrumento de estudio, análisis, sugerencia y/o recomendación, para señalar tendencias, prevenir escollos o sugerir medidas que, en sus efectos, logren la estabilidad, el bienestar y, como resultante, la paz. Los expertos militares deben razonar correctamente, tener la posibilidad de esbozar precisiones, expresada con un claro determinado margen de error, que permita a los conductores políticos, bases para discutir, desde el punto de vista lógico, la viabilidad de aquellas. Este proceso causal, exige elementos de juicio que tienen que ver con la soberanía, un razonamiento apropiado, el conjunto de otros factores de tipo comercial, económico, financiero hasta culturales, educativos y religiosos, que conforman el perfil propio y de los supuestos y/o eventuales oponentes. Esta situación, en nuestros días, se hace aun mas compleja, cuando se confunden intereses de países con los de empresas y, con mas agresividad, cuando estas ultimas exceden en poder a las primeras, por tener sus contextos altamente mas poderosos a nivel internacional.
Las guerras son una realidad concreta, que es parte de la Humanidad, y esta tiene en los ejércitos su normal instrumento, con el militar, como el ser dedicado, entrenado y calificado, para ser el elemento esencial de aquellos. Los ejércitos y, por lo tanto, los militares, cada vez mas, actúan conforme los avances tecnológicos de la sociedad, que tienen aplicación o utilidad en sus armamentos. Las nuevas armas, significan nuevas capacidades y forma de uso, para lo que se debe capacitar a quienes la emplearan. Los desarrollos, tal como se observa en las actividades civiles, ofrecen cada vez más equipos poderosos, que implican avanzadas capacidades para su correcto empleo, lo que impone que, sus operadores, tengan los conocimientos adecuados y el entrenamiento requerido. Los ejércitos, de esta manera, equivalen a estructuras orgánicas, con múltiples y variados elementos, cuya eficacia se encuentra en su adecuada conducción, coordinación e interrelación. Estas organizaciones, en el caso de los ejércitos, implican, además, niveles que abarcan, desde el miembro de acción individual y, en escala, sucesiva, hasta el mas alto de decisión general. Compatibilizar posibilidades con capacidades y exigencias con actividades, significan lo que se denomina la "carrera militar" o sea el método mediante el cual se va aprovechando las capacidades sucesivas del personal para cumplir sus roles y tareas conforme lo exige y requiere la organización. Por ello, en tiempos de paz los ejércitos son centros de educación, entrenamiento y comprobación de capacidades y calidades de su personal, armamento, dotación, etc., en un accionar constante perfecto, que debe calificarlos para la posibilidad de empleo inmediato con todo su potencial.
El militar, como todo profesional técnico, tiene que tener aptitudes y conocimientos, que se ajustan, desde su base física (diríamos psicofísica) a los requerimientos intelectuales, con vocación y espíritu militar como requerimiento anímico ineludible por su tarea y misión. Para lograr este proceso formativo, como ya se indico, las fuerzas armadas realizan, como una constante de su actividad, la educación y el entrenamiento que debe dar sucesivamente los conocimientos que requiere cada nueva jerarquía y función. De esta suerte, la realidad concreta, muestra que las fuerzas armadas, para tener vigencia y actualidad, resultan una permanente escuela de formación. Este proceso, lógicamente, esta dedicado a incrementar lo intelectual a medida que lo físico disminuya, en un balance casi perfecto. Este accionar es característico en las fuerzas armadas y, difícilmente, se lo encuentra bajo esta motivación, situación y obligación, en otras organizaciones.
El progreso de la civilización ha dotado, a los seres humanos, herramientas para lograr con ellas una mayor efectividad en su tarea, así como surge el martillo para el trabajo aparece la lanza para el combate. En esta sucesión de avances, junto al motor de explosión interna que nos da el automóvil, aparece el avión y el tanque y, últimamente, con los avances de la cibernética, surgen los mas variados tipos de artefactos digitalizados. Este proceso, para las fuerzas armadas, significo la llegada de satélites, misiles y robots, junto con una batería de sistemas que llevan al espacio cibernético, la aparición de medios de agresión, como son los "virus" (gusanos, etc.) que pasan a conformar la dotación de armas para las guerras y que, lógicamente, imponen el desarrollo de sus medios de protección defensiva. Los ejércitos, por lo tanto los militares, se han "transformado" esencialmente por el cambio de los armamentos. Un tipo de militar fue aquel que combatía con lanzas o espadas, otro diferente el que lo hizo con fusiles y cañones, como también aquel que uso tanques y aviones, por ello será uno nuevo que maneje robots y sistemas cibernéticos. Este desarrollo hace, consecuentemente, que el militar que se preparaba para ser un campeón directo en el combate, se convierta en un operador que actuara a distancia, conduciendo algún tipo de arma analógica en su nueva concepción sistemática digital, quizás, en las formas de robots. Sin embargo, a medida que crece el nivel jerárquico funcional, mas se repiten las condiciones de mando convencionales y clásicas, con nuevos espectros, mayor amplitud y diferentes capacidades, que serán tanto mejor aplicadas como conocimientos, experiencias y aptitudes se cuente. Ya no parece extraño ver a un general frente a una pantalla, conduciendo en detalle a un puñado de soldados, ubicados a largas distancias, contando, al mismo tiempo, con la posibilidad de apoyo de fuegos puntuales y medios complementarios de ocupación, en una operación planificada y ejecutada "quirúrgicamente" en sus detalles.
Nadie en nuestro tiempo duda del progreso, ya que se sabe que la Humanidad tiene un germen de impulso y evolución permanente, que subyace en su matriz como civilización. Este desarrollo, sin embargo, pese a que se lo piense y prevea luminoso, justo, sano y honrado, nunca será equilibrado y equitativo total, pues, la lógica dice, que si bien habrá quienes estén en las vanguardias, habrá otros que quedaran retrasados, en el logro de los beneficios. Si esta situación es dentro de una comunidad, la responsabilidad será de sus gobernantes y sus desequilibrios constituirán temas que se podrán calificar como "policiales" o de" seguridad", pero, cuando estos desequilibrios excedan los marcos locales o los intereses contraponen sociedades, la cuestión, también de responsabilidad de los gobernantes, será de "defensa". Últimamente, algunos teóricos, diferencian la "seguridad" de la "defensa", un tema que tiene mas sustento ideológico que técnico y científico, que la realidad muestra que es ficción dado que el enemigo ya no esta identificado y en el exterior, sino que puede estar oculto, en espera de la acción, dentro del seno de la misma comunidad, oculto bajo la fachada de un vecino normal y cooperante.
En el Siglo XXI la guerra no habrá desaparecido de los problemas de la Humanidad, es posible que ella adquiera una diferente conformación y hasta que se intente "civilizadamente" disminuir sus efectos crueles devastadores, pero, las conflagraciones mantendrán presencia en el inevitable enfrentamiento derivado de los desequilibrios del progreso y, dentro de ellas estarán siempre los ejércitos. Las fuerzas armadas, concebidas de manera diferente, dotadas de medios especiales y entrenadas para nuevos tipos de combates singulares. El militar, como componente humano de los ejércitos, tendrá que adquirir un rol ajustado a los ambientes y los escenarios, con los armamentos de avanzada que se les proveerá, manteniendo su misión y objetivo de defensa de la comunidad, de la cual es parte, para seguir cumpliendo el rol histórico, que es la raíz originaria que le ha dado su razón de ser. Sintetizando, el militar del futuro, seguirá siendo el mismo de ayer y de hoy, un miembro de la comunidad organizada que, por vocación y espíritu, se brinda en su defensa y protección, pero tendrá que adaptarse para el uso creciente de armas robotizadas, con capacidades especificas y elevado poder, en un entrenamiento permanente, que mantenga la constancia de la relación para lograr su más efectivo uso.
Los países mas avanzados en el presente estudian las nuevas bases que materializaran los conflictos armados del futuro. Parece claro que la combinación de nuevas tecnologías y los sistemas militares desarrollados a partir de ellas han modificado profundamente el espacio de guerra (5) En un informe sobre "El futuro del Ejercito de Estados Unidos" (6) leemos lo siguiente: El ejercito en el año 2017 tendrá hombres equipados con armas mas modernas y de mayor potencia y mas efectividad. Tendrá en su expresión ofensiva un numero mayor de equipamiento por control remoto, tanto terrestre como aéreo, que le permitirá involucrar en el combate con un numero mínimo de bajas, de ahí que se plantea al Pentágono que se harán fuertes inversiones en las fuerzas de operaciones especiales y en el ciberdominio, que se refiere a todos estos equipos dirigidos por control remoto y en la ciberguerra, comando recientemente dado a la publicidad". "Evidentemente las fuerzas armadas de los Estados Unidos han llegado a la conclusión de que el robot es mas barato que el hombre".
A este proceso de actualización de capacidades para la guerra, aparece además el conjunto de las denominadas "nuevas amenazas" (Terrorismo, crimen organizado, narcotráfico, etc.) que tienen, como característica común, que se ejecutan en el propio territorio y que. por sus efectos, han dejado de ser meros hechos delictivos y se han convertido en amenazas a la seguridad. En los Estados Unidos se esta considerando si las fuerzas armadas deben ser empleadas en su propio territorio ante hechos que excedan a las capacidades de accionar policiales. En el caso de Brasil, esta situación se presento para dominar la sociabilidad en las "favelas" y, superada la policía, se emplearon elementos militares. Esta cuestión se agrava bajo las condiciones de lo que se denomina "guerra asimétrica" (7) que amplían y confunden a los conflictos y en las cuales cesan los diferentes pactos y acuerdos entre naciones, ya que, generalmente, el "agresor" no actúa bajo una organización oficial reconocida.
Posiblemente el trabajo titulado "Nuevas tecnologías y el mando centralizado" (La Revista Nro. 546 del My. Guillermo Horacio Eduardo Lafferriere) esta señalando cuales serán los escenarios en los que actuaran los militares en este futuro, así indica lo siguiente: Pág. 85: "...que estamos próximos al tiempo en que podrán conducirse operaciones militares de gran precisión desde una gran distancia, eliminando de esa manera la necesidad de contar "in-situ" con personal altamente calificado en la conducción del combate." El autor detalla las posibles características que deberán tener los militares, unos para el combate directo, pero equipados con medios modernos de diferentes tipos y otros, desde los comandos o las posiciones de fuego, utilizando tecnologías de avanzada, realizando la conducción y el apoyo de los primeros. Si adicionamos a este escenario, la posibilidad de reemplazar a los de combate directo, con robots, como lo estudian los norteamericanos, encontraremos que el objetivo básico de formación de los militares esta en los segundos (conducción y apoyos) ya que ellos sólo serán humanos.
Conforme los analistas que hacen prospección sobre los temas militares, en el mañana, deberá contarse con dos tipos de ejércitos. Uno, muy parecido al actual, pero con materiales y armamentos de avanzada, con actuación básica de personas, que son los que "completaran" las operaciones mediante la "ocupación" física del territorio enemigo o actuaran como apoyo y complemento en las acciones de seguridad interna cuando las fuerzas policiales sean superadas o no están en aptitud por el tipo de agresión. Otro, absolutamente nuevo y diferente,(8) cuyo accionar estará basado en las capacidades de la cibernética, con robots operando armas analógicas digitalizadas (como son los aviones sin piloto, los misiles automáticos, virus informativo, etc.) y en acción "puntual" sobre el enemigo, al que no destruirá, sino que paralizara, para motivarlo a la rendición. La conducción e interacción de estos dos tipos de ejércitos, será la tarea de los mas hábiles y entrenados conductores militares cuyo éxito estará, no tan solo en su eficaz y oportuno empleo, sino, como siempre lo muestra la historia, su capacidad de innovación en la lucha para que sus efectos anímicos y físicos desalienten al adversario cediendo su actuar en el combate.
En este proceso, el ejemplo clásico, es lo que esta sucediendo en los Estados Unidos de América que es expuesto en "La Revista " Nro.555, en una publicación del año 2004, con lo que su valor es que los supuestos presentados ya han sido alcanzados. Del articulo "La transformación del Ejercito de Estados Unidos" (Tcnl. Hernán Díaz Mardones (Chile) y Tcnl. Rubén Daniel Palomeque (Argentina), reproducimos algunos de los párrafos siguientes: (Pág. 109) La visión del Departamento de Defensa, desde un punto de vista global, se puede sintetizar diciendo que Estados Unidos se encuentra en un proceso de transformación que consiste en el paso del periodo o era industrial, hacia el de la información en la era militar, en el cual si bien el estado final de la "Transformación" no puede ser completamente definido, si se puede determinar con precisión los prerrequisitos para ella, en particular respecto a la necesidad de explotar la tecnología de la información para reformar las practicas en los asuntos de defensa y crear una nueva combinación de capacidades, conceptos operativos, sistemas de relación organizacional y regímenes de educación y entrenamiento.
(Pág. 112) Transformando la forma de combatir: Esta constituye la bisagra en el desarrollo de futuros conceptos de la guerra conjunta e incluye un amplio rango de las áreas referidas a las capacidades de apoyo militar. Doctrina, organización, entrenamiento, materiales, liderazgo, educación, personal, y otras.
(Pág. 114) El marco de la transformación del Ejercito esta conformado por la interacción de la constante evolución de capacidades entre la Fuerza Actual y la Fuerza Futura. La actual Fuerza es el Ejercito Operativo de hoy, entrenado y equipado para conducir operaciones como parte de la actual Fuerza Conjunta, la Fuerza Futura es la fuerza operativa que el Ejercito continuamente busca llegar a ser.
Mientras el Ejercito desarrolla la Fuerza Futura, simultáneamente acelera la selección de las capacidades de dicha fuerza para mejorar la actual; la que a su vez le permite obtener probada y cierta retroalimentación de esas capacidades a fin de integrarlas en su Fuerza Futura.
Además, es necesario mencionar, existe un tema nuevo que esta vinculado con el espíritu militar y no en sus accionar técnico, que es la formación de ejércitos internacionales, en los cuales el tema de Patria queda superado por el de misión con un fin determinado, que tiene que ser contemplado de una manera distinta a la tradicional para encontrar una razón para la vocación especifica castrense. Esta tema no es menor y se esta presentando en algunos de los ejércitos europeos, donde el concepto "global" de los norteamericanos no existe y si el de la región o país. Pero, evidentemente, cuando los objetivos de las misiones tienen efecto en sus respectivas naciones, ello se revaloriza y adquiere nueva, pero quizás diferente, vigencia.
El tema militar o la defensa y seguridad de la sociedad, en tiempo de paz o aparente imposibilidad de agresión, no es tratado, para que ello no conlleve el despertar de opiniones y conflictos, generalmente, mas ideológicos que técnicos, pero, concientemente, se comete un error que puede ser pagado cruelmente ante efectos y consecuencias imposible de determinar. Si, por razones económicas coyunturales o restricciones practicas políticas, la cuestión es silenciada, los que así lo hacen son ingenuos o bien embozados enemigos que, al hacerlo, en verdad, están llevando el problema a una dimensión que puede llegar a ser indominable. El Mundo del Siglo XXI, impulsado por la evolución tecnológica, cuya matriz esta en la cibernética, actuara en un escenario de unidad y colaboración espectacular, sin embargo, las naciones prudentes, que saben del dolor de las conflagraciones del pasado, mantienen sus ejércitos, claro esta que "transformándolos" para que tengan idéntica esencia con una nueva presencia conforme a los tiempos. Este es pues nuestro desafío.

Notas:
1) Conforme el articulo 43 punto 1 del Protocolo adicional a las >Convenciones de Ginebra del 12 de agosto de 1949, vigentes a partir del 1 de marzo de 1994 se define: "Las fuerzas armadas de un país en conflicto se componen de todas las fuerzas, grupos y unidades armadas y organizadas, colocadas bajo un mando responsable de la conducción de sus subordinados ante esa parte aun cuando ésta esté representada por los gobiernos o por una autoridad no reconocida por la Parte adversa. Tales fuerzas armadas deberán estar sometidas a un régimen de disciplina interno que haga cumplir, inter alia, las normas del derecho internacional aplicadas en los conflicto armados.
2) Este ensayo no tiende a sentar doctrina militar para el futuro, sino, simplemente, valorizar la actividad, concebida desde sus orígenes como un servicio social, pero proyectada con mas fuerza para el mañana como un sustento de evolución general en la cual el militar fue, es y será el "brazo armado" de la Patria.

Tcnl. José Javier de la Cuesta Ávila. LMGSM 1 y CMN 73