Historia NO oficial del Tiro Practico Parte II

Publicado por Adrian Burgos, Septiembre 05, 2010, 05:03:08 PM

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Adrian Burgos

¿Pero que hacer con los pepper poppers? Se comenzaron a graduar, se les puso un tornillo en la parte inferior delantera, y se graduaban para que un 45 fmj disparado a 10 mts por un arma normal, al impactar en cualquier parte cayese derrumbado, obviamente cuanto mas alto el impacto mas rápida la caída, pero TENIA que caer; además, si el disparo era de calibre menor, o sea 9 mm e impactaba en el centro de masa, este también tenía que caer, pero si impactaba mas abajo del centro de masa, el pepper popper NO debía caer de ningún motivo, obligando entonces a los señores de las 9 mm a apuntar al centro de masa o a zonas altas solamente.

La graduación actual y el sistema de procedimiento exacto obran en el apéndice respectivo en la pag web antes mencionada.

Evidentemente, con un 22 corto, o un 6.35 o un 22lr, o un 32, incluso con un 380, los peppers no caían, había que tirarles una ráfaga, y … tal vez …, incluso, para penalizar aún más a los tiradores extra súper Light en 45 o 9mm, daba igual, se ponían cuerdas que activaban blancos que se presentaban por medio de la caída de estos blancos metálicos (práctica que aún continúa), de tal manera de que si un tirador no tenía una munición lo suficientemente potente, sufriera un castigo en el puntaje abrumador.

Los deportistas al contrario de los prácticos, al mismo tiempo que todo esto ocurría, agregaban pesos y contrapesos a sus pistolas .45, cañones más largos, cosas poco prácticas pero que ayudaban un poco. En realidad no importaron mucho hasta la llegada de los compensadores.

Los compensadores son elementos adicionados en el extremo del cañón, generalmente pesados y metálicos (haciendo de contrapesos), que además tienen una o varias recámaras de expansión para los gases y uno o varios orificios por donde direccionar estos gases propios del disparo, con la intención de evitar el reelevamiento del arma.

Actualmente, se domina tanto la técnica de los compensadores , que si uno desea que tras cada disparo en vez que la pistola brinque hacia arriba, lo haga hacia abajo, se puede hacer, claro, esto también estaría mal, el ideal sería que se quede centrada la mira en donde estuvo originalmente, sin moverse, para facilitar el encare y siguientes tiros.

Allí si, todo cambió, todos los tiradores deportivos que quisieran ganar competencias estaban prácticamente obligados a utilizarlos y por el contrario los prácticos objetaban que éste chorro de gases y partículas residuales que eran despedidos hacia arriba (en algunos casos parecían chimeneas de tren, y hasta ahora lo siguen pareciendo), eran imprácticos para una defensa personal, porque en caso de tener el arma con el brazo no totalmente extendido o disparar desde el interior de un automóvil, un ascensor o a distancias demasiado cortas, este chorro podría causar al propio tirador lesiones en la vista o por lo menos hacer inefectiva su defensa. El argumento contrapuesto de los deportistas era que al disparar con estas pistolas en estas posiciones especiales había que girarlas 45 o incluso 90 grados hacia un lado u otro, para que el chorro de gases no les cayese en la propia cara, en esa época todavía arguían que podían ser armas utilizables y portables para defensa personal.

En cambio, los prácticos se dedicaron a hacer las correderas mas cortas, las cachas mas angostas, las cacerinas con mayor capacidad, pero de menor longitud para facilitar su ocultamiento en ropa de civil, alivianar en todo lo posible al arma para no cansar al ciudadano con dos kilos colgados de la cintura durante todo el día, no sólo se utilizaba el aluminio o duraluminio para la fabricación de los frames o carcasas, sino que también se incursionó en el polímero o plástico, todo esto ocasionó que cada vez las pistolas más eficientes y prácticas para defensa personal fuesen menos controlables que la propia colt goverment 45 original, ni que decir de las que usaban compensadores o contrapesos. La diferencia fue tan grande, que era imposible que un tirador armado con una de estas pistolas de cañones cortos y ligeras ganase una competencia.

Los prácticos protestaron, y los deportistas tuvieron entonces la idea de hacer categorías que denominaron de diferente forma, en diferentes lugares y tiempos, pero que iniciaron la idea de que las armas de producción normal, en serie y para defensa personal, compitiesen entre ellas, y las otras “especiales” compitiesen a su vez, contra sus similares.

Los prácticos siguieron objetando a los deportistas hasta llegar al punto de abstenerse de disparar o inventarse otro deporte, pero eso lo veremos mas adelante.

Regresando a los inicios, solucionados o a medio solucionar los problemas de la medición de la precisión con el uso de blancos grandes y el de la potencia con los blancos metálicos abatibles, o pepper poppers, quedaba el problema de la medición de la velocidad, es decir, el tiempo transcurrido desde que se iniciaban las acciones de defensa hasta su conclusión. En un principio se utilizaban pitos y cronómetros deportivos, pero cuando el nivel deportivo-competitivo llegó a tener estándares altos, la imprecisión del factor humano al operar los cronómetros obligó a buscar otra solución ¿qué hacer?

Pues utilizaron la electricidad, haciendo ingeniosos, pequeños y simples circuitos conectando una chicharra o timbre a un pulsador o interruptor de ferretería con un cronómetro que pudiese ser mecánica-eléctricamente activado y desactivado por el cierre y apertura de un circuito eléctrico y no por el dedo de un ser humano, la partida era simple, llegado el momento (no existían las voces de comando IPSC que ahora todos conocemos), se apretaba un pulsador y este accionaba la chicharra o timbre, dando una señal de inicio uniforme para que los tiradores iniciasen el recorrido del stage o pista de combate. Sin embargo, el problema era como detener eléctricamente el cronómetro. Solución: al final de recorrido se le ponía un disco metálico denominado stop plate, que al ser impactado y caer, cerraba el circuito eléctrico que hacia detener al cronómetro, automatizando así la medición del tiempo exacto sin la intervención del dedito del árbitro.

Eso si, se requería que el disparo al stop plate fuera el último disparo del recorrido, es decir, la señal de que el tirador había concluido. Si el tirador después hacía mas disparos, era severamente sancionado porque ya la toma o registro de tiempo había concluido.

De ahí proviene la costumbre actualmente casi perdida de colocar al final de los recorridos discos metálicos como de 30 cm. aprox. a los que el tirador dispara al final de su actuación. Lo que sí quedo fue la costumbre de utilizar discos metálicos como blancos válidos para el tiro de combate, ahora se denominan plates y se encuentran debidamente especificados en el apéndice del reglamento IPSC.

Con el tiempo, y debido al gran auge de esta modalidad de tiro de combate para civiles y la subsiguiente demanda, surgieron cronómetros comerciales que tenían ya integrados los switch para las entradas y salidas de los circuitos eléctricos (par de cables) que podían ser activados incluso a pilas. Esto limitaba severamente los escenarios, hasta que aparecieron los “timers”: el arranque es el mismo, pero tienen un sensor de sonido para altos decibelios que capta los disparos que el tirador hace, y bueno pues, el último disparo marcaba el final de recorrido y ahí estaba el tiempo registrado.

Actualmente, los timers vienen con capacidad para presentarnos en pantallas de cristal líquido, no sólo el tiempo transcurrido de principio a fin de un recorrido sino también el tiempo entre cada disparo, el número de disparos efectuados, y otras particularidades especiales para entrenar competitivamente IPSC.

cid_campeador

#1
Muy bueno, que siga la historia.
nos vemos :sm6: